Control

El control es una ilusión, diría Mr. Robot con mucha razón.

Puede que dé un poco de miedo, pero si nos ponemos a pensar, son muy pocas las cosas sobre las que tenemos control en nuestra vida, ni siquiera estamos muy segures de lo que ocurre adentro de nuestro cuerpo, en nuestros órganos, nuestro cerebro. Creemos que controlamos todo lo que nos sucede pero lo cierto es que a veces no podemos ni dominar nuestras propias emociones. Al final, ni una empresa propia, ni un trabajo estable, ni la monogamia, te aseguran algo, creo que se trata más bien de una sensación. Esa sensación que te da seguridad. Porque desespera un poco la idea de que todo está suelto, por fuera y por dentro. Y no pensemos mucho en esto que nos va a hacer mal.

Puede que dé un poco de miedo, pero descubrí que la parte valiosa de la vida se encuentra justamente ahí donde perdemos el control. ¡Si nos habrá enseñado sobre esto la pandemia! En mi caso, viajando a modo sol en Aries, o sea, yendo sin saber bien dónde voy a caer, entendí que a veces hay que dejarse llevar. Que este forzarnos a querer controlar todo y sentir que tenemos las riendas de nuestra vida sólo genera estrés. A veces llega algo que te pega una cachetada y te descoloca, sin importar qué tan fuerte te hayas aferrado. Tal vez en ese dejar ir y en la incertidumbre encontremos eso que tanto buscamos. Siento que es un oscilar constante buscando un equilibrio entre soltar y manejar el volante.

Puede que dé un poco de miedo, pero lo cierto es que no tenemos control alguno sobre el pulso de la vida y no me atrevo a decir que tengamos total manejo sobre nuestra forma de reaccionar; manejarse por dentro suele costar. De todas formas, me parece que el contenido importante de la vida se esconde en aquello incontrolable que siempre viene a enseñarnos algo, a incomodarnos. Creo que la magia se esconde ahí, porque es donde nos puede sorprender.

Pienso que está bueno aspirar a algo en nuestro camino, tener planes, esperar cosas; pero sin dejar de estar abiertes a desviarnos un poco, y a aceptar cuando se nos revela si por ahí no es. ¿No te parece que a veces perdemos tiempo por encapricharnos con algo, cuando podríamos ganar mucho si fluyéramos con lo que la vida nos propone? Porque al final, ¿no sería un poco aburrido tener el control total y que todo nos saliera como queremos?