Exigente
¿Por qué será que vivimos pensando en el futuro? ¿Por qué será que siempre tenemos que estar haciendo algo? ¿Por qué será que nuestra realización se basa en la propia productividad? ¿Por qué será que a esta altura del año nos empezamos a preguntar por las cosas que logramos o no? ¿Por qué será que nos auto exigimos? ¿Por qué será que nos castigamos si no cumplimos?
Parece que cada vez que cumplimos un objetivo empezamos a pensar en el después, sin siquiera gozar de haber conquistado eso que tal vez nos llevó mucho tiempo y energía. No hay espacio para el disfrute, no hay tiempo que perder, así no se nos pasa la vida sin haber logrado nada. Vivimos pensando en el futuro mientras el presente se nos escurre entre las manos. Y cuando llegamos a ese futuro, ¿qué? Es como la Utopía de la que habla Galeano, esa que nos sirve para caminar.. “Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.”
Lamentablemente aprendí a avanzar en mi vida en base a objetivos. Objetivos que a veces cuando los conquistás te inflan el alma, pero te llenan de vacío. Y así seguís buscando más y más en ese horizonte que no deja de alejarse y te mantiene ilusionade, es como tratar de tocar un arco iris. ¿No te parece agotador? Nos vamos llenando con miguitas en el camino pensando que adelante nos espera algo mejor. Pero tal vez cuando lleguemos no sepamos disfrutarlo. Crecer en este mundo de satisfacciones instantáneas constantes nos hizo perder un poco la magia del disfrute, o al menos eso creo.
A esta altura del año caminamos arrastrando los pies porque nos pesan un montón, pero no dejamos de avanzar. Y cuando podemos descansar nuestra mente se dedica a hacer el famoso “balance” de auto exigencias para ver qué tan productives fuimos. Yo siempre digo que ya es bastante estresante existir como para sumarnos ese peso mental. Nos acostumbramos a empezar el año súper energizades con miles de metas por cumplir, pero ¿en qué momento recargamos energía, si todos los años terminamos arrastrándonos del cansancio? ¿O es que mágicamente el 31 de Diciembre hay algo que se resetea? Tal vez el cuerpo se nos va acostumbrando a cargar con el peso de las cosas pendientes, lo no logrado, el fracaso..
¿Quién dice que no podemos pasar la vida sin “lograr” algo? Yo siento que mientras menos hagamos, mejor. Que mientras más nos aquietemos más vamos a sentir lo que nos dice la tierra. Y mejor aún lo que nos viene de adentro. Y eso sí que llena, conectar con lo real que está adentro nuestro. Eso que, cuando lo conquistás, te llena con magia de verdad. Que no solamente te llena los bolsillos de monedas pesadas y vacías. Eso que le da sentido a tu vida. Quiero pensar que si todes estuviéramos en contacto con nuestra esencia el mundo sería un lugar mejor. Un poco utópico, ¿no? Siempre pasa que nos distraemos, nos desviamos, nos perdemos. Y es lógico porque somos humanes, pero sé que todo va a estar bien mientras encontremos el camino para volver.
Habrá quienes están empezando nuevos proyectos, quienes están terminando algunos, quienes sientan que no hicieron nada en el año, quienes sientan que hicieron todo y no fue suficiente. Pienso que saber que fue un año más de existir es un montón. No sirve desesperarse porque hay tiempo para todo. No vinimos a esta vida a exigirnos, vinimos a aprender lo que nos toca. Estamos acá para hacer algo tan simple como vivir, pero elegimos complicarla. ¿Y si nos empezamos a tratar mejor? Volvamos al presente porque el tiempo no deja de avanzar, y nos estamos olvidando de disfrutar. Volvamos a conectar para poder respirar la magia que nos rodea y que se nos llene el alma. Volvamos, que no perdemos nada con intentar.
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